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Poetas de Carlos V


Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico que nació en Gante, Bélgica, el 24 de febrero de 1500 y murió en Yuste, Cáceres, el 21 de septiembre de 1558 fue el rey del Imperio español desde 1516 hasta 1556 y el emperador del Imperio Romano Germánico desde 1520 hasta 1558.

Carlos V representaba el ideal político del Renacimiento y sin ninguna posibilidad de desconfianza tuvo la oportunidad de rodearse de famosos autores relacionados con las letras, que marcaron todos los acontecimientos de su vida y le mostraron su dedicación, servicio y defensa en todo momento.


En los primeros años de su reinado hubo un gran cambio en la literatura clásica española, en concreto en el género poético, con la adaptación definitiva de los versos endecasílabos y de diferentes formas poéticas italianas tales como el petrarquismo neoplatónico: una fusión entre el neoplatonismo, sistema filosófico, y el petrarquismo, la corriente estética que trata de imitar el estilo, estructura y tópicos del poeta Francesco Petrarca.


En 1526 fue cuando Carlos V e Isabel de Portugal después de haber celebrado su matrimonio en Sevilla decidieron trasladarse temporalmente a Granada. En ese tiempo estuvo rodeado de un gran número de humanistas y personajes relacionados con el mundo diplomático, militar y de las letras entre los que se encontraban Juan Valdés, Pedro Mártir de Anglería, Lucio Marineo Sículo, Castiglione, Navagiero, Dantisco, Fray Antonio de Guevara y el poeta español más importante del Renacimiento, Garcilaso de la Vega.

Éste participó en múltiples batallas, sirvió al emperador en delicadas misiones y fue armado caballero de la Orden de Santiago que conoció a su amor imposible Isabel de Freire en Granada y tras la muerte de ésta pasa de hacer obras centradas en el amor abstracto, con alma, emoción y elegancia a darle protagonismo a la tristeza y la melancolía en sus versos.



Soneto V

Escrito está en mi alma vuestro gesto,

y cuanto yo escribir de vos deseo;

vos sola lo escribisteis, yo lo leo

tan solo, que aun de vos me guardo en esto.

En esto estoy y estaré siempre puesto;

que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,

de tanto bien lo que no entiendo creo,

tomando ya la fe por presupuesto.

Yo no nací sino para quereros;

mi alma os ha cortado a su medida;

por hábito del alma mismo os quiero.

Cuando tengo confieso yo deberos;

por vos nací, por vos tengo la vida,

por vos he de morir, y por vos muero.

La introducción de la lírica renacentista italiana fue a cargo del poeta Juan Boscán con poesía égloga, odas y epístolas tratando temas relacionados con el amor, la naturaleza y mitos grecolatinos. Aunque como ya ha sido mencionado el amor es presentado con anhelo insatisfecho, melancolía y tristeza, como un conflicto entre la razón y los sentidos.

Otro de los personajes de confianza de Carlos V era el franciscano Fray Antonio de Guevara que desde 1523 fue Predicador y Cronista de la Corte y el autor de muchos discursos del Imperio. Este autor representa el bando conservador del emperador por ser un gran virtuoso del lenguaje castellano clásico que dará paso a la prosa barroca. También sus epístolas familiares tuvieron una gran difusión por Europa. Tanto que a partir del reinado de Enrique VIII hubo una multitud de imitadores de Guevara por lo que el movimiento inglés conocido como euphuismo se produjo a partir de la lectura de este fraile franciscano.


El rey lo nombró embajador de diferentes destinos: Inglaterra, Venecia y Roma, donde defendería a capa y espada la política de su emperador frente a los ideales del Papa.

Desde el punto de vista poético hizo una mezcla entre lo clásico y las nuevas formas poéticas alternando poemas populares con fábulas mitológicas, versos octosílabos con endecasílabos, lo burlesco y lo sentencioso, lo vulgar y lo heroico, el desenfado y la melancolía.

Su gran obra sin duda alguna fue la Guerra de Granada en la que reflexiona y critica sobre las causas de la rebelión morisca.

Pese a toda esta gran lista de autores, en concreto poetas, que estuvieron relacionados con Carlos V fue Hernando de Acuña el poeta-soldado que más tiempo acompañó a este emperador que gracias a su intervención en acciones decisivas se convirtió en un hombre de confianza para él.

Además de reconocer sus hazañas militares también tenía en cuenta sus virtudes literarias por lo que colaboró en la traducción, por petición de Carlos V, de Le Chevalier Délivéré, de Olivier de la Marche.

Soneto

Ya se acerca, señor, o ya es llegada

la edad gloriosa en que promete el cielo

una grey y un pastor solo en el suelo,

por suerte a vuestros tiempos reservada.

Ya tan alto principio, en tal jornada,

os muestra el fin de nuestro santo celo

y anuncia al mundo, para más consuelo,

un Monarca, un Imperio y una Espada.

Ya el orbe de la tierra siente en parte

y espera en todo vuestra monarquía,

conquistada por vos en justa guerra.

Que a quien ha dado Cristo su estandarte,

dará el segundo más dichoso día

en que, vencido el mar, venza la tierra.

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